Estos pueblos se han refugiado en la selva para evitar procesos de colonización, explotación y violencia. La legislación los protege de ser contactados y es responsabilidad del estado el que su territorio se mantenga con la mayor intangibilidad posible.
¿Hay Pueblos Indígenas en Aislamiento en Colombia?
La Amazonía alberga el 40% del ecosistema de selva tropical que hay en el mundo, el 25% de la biodiversidad terrestre, un sistema fluvial con la mayor cantidad de especies de peces que cualquier otro y alrededor de 80 mil especies de plantas. Esta región, a lo largo de los nueve países que la conforman, también es la casa de alrededor de 400 etnias indígenas, según cifras del Banco Mundial. Sin embargo, poco se habla de los Pueblos Indígenas en Aislamiento, aquellos que han decidido no tener contacto con la mayoría de la población.
Solo entre la Amazonía, el Gran Chaco y el Cerrado Brasileño, se estima que hay 185 pueblos de este tipo, de los cuales hay 69 confirmados y 119 con altos indicios de presencia. Así lo asegura el informe Pueblos Indígenas en Aislamiento en la Amazonía y el Gran Chaco, publicado en 2019 por Land is life, en el que, para Colombia, se especifica que hay 16 pueblos por confirmar y dos confirmados. Estos últimos son los Yurí y Passé, los cuales buscan protegerse de los procesos de colonización, así como de amenazas como las de la fiebre del caucho (período entre 1879 y 1912 en el que miles de indígenas amazónicos fueron esclavizados y asesinados).
Las epidemias y enfermedades, los actos de violencia, las acciones misioneras y el saqueo de los recursos, han sido otras de las razones que explican la decisión autónoma de estos pueblos por permanecer aislados de la sociedad mayoritaria. Incluso los pueblos indígenas colombianos circundantes a los que están en aislamiento, como los wuitoto, yucuna, cubeo, matapi y tikuna, respetan la decisión de sus vecinos, pues comparten con ellos una historia de vulneración a sus derechos.
Entre las amenazas que los aquejan en la Amazonia colombiana se destacan la extracción ilegal de oro, ; la presencia de los grupos armados; la apropiación de tierras, los cultivos ilícitos, la deforestación y la construcción de vías ilegales. Estas problemáticas no solo ponen en riesgo la existencia de estos pueblos, sino la preservación de sus territorios ancestrales. Esto, teniendo en cuenta que según el Grupo de Trabajo Internacional para la Protección de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI), todo esto “propicia escenarios para el contacto con el narcotráfico generando invasiones violentas, contactos forzados y transmisión de enfermedades infecciosas”.
Existen distintos mecanismos que contemplan esta protección, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948), e lConvenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ONU (1989); y las Directrices de protección para los pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial de la Amazonía, el Gran Chaco y la Región Oriental de Paraguay, ONU (2012).
En el caso de Colombia, existe el Decreto 1232 de 2018, con el que se establecieron directrices y se creó un sistema articulado entre las diferentes instancias del Estado para alinear las acciones de prevención y protección de los derechos de los pueblos en aislamiento. Para la expedición de esta política pública se surtió (entre 2014 y 2018) un proceso de consulta previa con las comunidades indígenas colindantes a estos pueblos y las organizaciones indígenas que los representan.
Otras de las acciones que se han promovido el país para proteger a los Pueblos Indígenas en Aislamiento, son la declaratoria del Parque Nacional Natural Río Puré (2002), donde habita el pueblo Yurí, y la ampliación del Parque Nacional Natural Chiribiquete (2018), donde hay indicios de presencia de tres pueblos en aislamiento (Carijona, Urumi y Murui). Estas áreas protegidas tienen incluido en sus planes de manejo los lineamientos y medidas para prevención y protección para estos pueblos.